La presión arterial es la fuerza que ejerce la sangre contra las paredes de tus arterias cuando tu corazón la distribuye por todo tu cuerpo. Controlar la presión arterial alta es de vital importancia cuando envejeces porque no avisa ni produce dolor.
En España, el 42,6% de la población adulta mayor de 18 años es hipertensa1.
Cómo medir la presión arterial
La presión arterial se mide con dos números:
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La presión arterial sistólica (“alta” o “máxima”): es el primer número que indica la presión que ejerce la sangre contra las paredes de las arterias cuando el corazón late.
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La presión arterial diastólica (“baja” o “mínima”): es el segundo número que indica la presión realizada por la sangre contra las paredes de las arterias cuando se relaja el corazón.
Para medir la presión arterial puedes utilizar un tensiómetro. Lo ideal es tomarte la presión arterial al levantarte que es cuando más relajado estás. Para ello, los tensiómetros de brazo son más fiables que los de muñeca.
Asegúrate de estar sentado con el brazo donde te tomas la presión arterial extendido y apoyado a la altura del corazón, en reposo (sin comer, tomar café o alcohol, fumar ni hacer ejercicio antes de tomarla) y con dos terceras partes del brazo cubiertas para que los valores de la presión arterial sean fiables2.
Ten en cuenta que la presión arterial no es constante a lo largo del día y puede fluctuar en función de tus niveles de estrés, si realizas deporte o si hay un cambio brusco de la temperatura (por ejemplo, un baño caliente o una sesión de sauna pueden reducir la presión arterial de forma temporal). Esto significa que unos valores de presión arterial altos de forma puntual no sean sinónimo de tener presión arterial alta.
Presión arterial normal, baja y alta
La Fundación Española del Corazón especifica los valores normales de presión arterial2:
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Presión arterial normal: cuando es inferior a 120/80 mmHg.
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Presión arterial baja: cuando es igual o inferior a 90/60 mmHg.
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Presión arterial alta: cuando es igual o superior a 140/90mmHg.
Si tienes diabetes o insuficiencia renal o has tenido un ictus, los valores de presión arterial sistólica y diastólica serán más bajos que los valores de presión arterial normal para la población sana porque tienes un mayor riesgo de sufrir otras patologías cardiovasculares2.
Cómo dejar el sedentarismo
Si tienes la presión arterial alta de forma continuada significa que tu corazón, tus arterias y tus riñones están haciendo un mayor esfuerzo para llevar a cabo con normalidad sus funciones. Esto se traduce en un mayor riesgo de tener infartos cerebrales, insuficiencia renal y enfermedad arterial periférica de las piernas.
Si además de tener una presión arterial descompensada tienes sobrepeso o diabetes, fumas, bebes alcohol o tienes el colesterol alto, entonces el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares se multiplica3.
Cómo controlar la presión arterial alta
Dejar la sal no es suficiente para mantener a raya la presión arterial alta. Un 70% de la sal que consumes cada día se añade a los alimentos en su proceso de elaboración industrial. Los alimentos que contienen más cantidad de sal son los platos precocinados, el pan, los quesos, los snacks, los cárnicos y derivados, los vegetales en conserva, las salsas y las sopas listas para tomar.
El segundo pilar para controlar la presión arterial alta es potenciar los alimentos diuréticos ricos en potasio y bajos en sodio: frutas, verduras y vegetales de todo tipo.
En casos de hipertensión arterial no se aconseja beber más de 2 litros de agua al día.
Bibliografía:
1Menéndez E, Delgado E, Fernández-Vega F, et al. Prevalencia, diagnóstico, tratamiento y control de la hipertensión arterial en España. Resultados del estudio [email protected]. Rev Esp Cardiol. 2016; 69(6):572-578. doi: 10.1016/j.recesp.2015.11.036.
2Fundación Española del Corazón. Presión arterial. Disponible en: https://fundaciondelcorazon.com/prevencion/controla-tu-riesgo/presion-arterial.html (consultado el 22 de septiembre de 2022).
3Fuchs FD, Whelton PK. High blood pressure and cardiovascular disease. Hypertension. 2020; 75(2):285-292. doi: 10.1161/HYPERTENSIONAHA.119.14240.