Pensábamos que esto no iba a llegar nunca, pero… ¡El verano ya está aquí! Las vacaciones cada vez están más cerca y seguro que ya has pensado un lugar donde desconectar de todo el estrés al que has estado sometido durante todo el año y poder disfrutar del tiempo en familia.
Pero antes de desconectar de todo, es importante que sepas cómo pueden afectar los cambios de temperatura a la salud de toda la familia para que no te pille desprevenid@.
Estate atento y apunta estos consejos para poder disfrutar de las vacaciones sin sobresaltos innecesarios.
El clima condiciona la salud de toda la familia
No es ningún secreto que los cambios en las temperaturas, e incluso los cambios meteorológicos, afectan directamente a la salud de toda la familia y pueden llegar a provocar algunas patologías como depresión o ansiedad.
Todo se debe a que, el cuerpo humano tiene sus propios mecanismos de regulación que se alteran cuando las temperaturas cambian.
Pero las temperaturas no son las únicas culpables, las horas de sol también afectan a la salud de toda la familia, ya que aumentan la producción de melatonina, una hormona que se encarga de mejorar el estado de humor y provoca más felicidad, de nuestro organismo.
El verano la sangre altera
La época del año en la que las temperaturas son más elevadas es en verano y nuestro sistema circulatorio lo sufre.
El calor provoca que nuestro organismo elimine más líquidos de lo habitual y a su vez, disminuya el volumen de líquidos presentes en el torrente circulatorio. Pero la perdida de líquidos también produce una vasodilatación de todo el sistema arterial, lo que desencadena a que la circulación sanguínea sea más lenta.
Las mujeres son más propensas a sufrir estos problemas circulatorios. Las piernas se cansan y se hinchan más debido a que las venas se dilatan más de lo habitual, aumentando la acumulación de sangre y la retención de líquidos, produciendo la mala circulación en las piernas.
Los resfriados no se van de vacaciones
Aunque no es tan habitual como en invierno, también nos podemos resfriar en verano, sobre todo al inicio. ¿El culpable? Los aires acondicionados.
• Lo cambios bruscos de temperaturas debido a la exposición a los aires acondicionados son los causantes de la mayoría de los problemas respiratorios en esta época del año.
• Un cambio de más de 10 grados de diferencia puede provocar que el sistema inmunológico de los pulmones se debilite y sea más fácil contraer alguna infección.
Ayuda a tu organismo a combatir las altas temperaturas
Una de las claves para evitar que el calor ponga en jaque a nuestro organismo es hidratarse bien, incluso aunque no se tenga sed. La botella de agua se convertirá en tu mejor compañera durante el verano, ya que deberás beber entre dos y tres litros de agua diarios.
De no hacerlo, nuestro cuerpo se debilitará y es probable que podamos sufrir una sensación de cansancio, leves mareos, bajadas de tensión o taquicardias, seguido de contracturas musculares o calambres, que son los síntomas de la deshidratación.
Además, es importante mantener una dieta equilibrada, hacer ejercicio de forma regular y dormir entre 7 y 8 horas. Estos hábitos saludables son los mejores remedios para ayudar a nuestro cuerpo a adaptarse a los cambios de temperaturas.